Comprender las características de la dislexia es fundamental para padres y docentes que trabajan con niños con dificultades lectoras. Detectar los problemas a tiempo y brindar el apoyo adecuado marca una gran diferencia.
Para la mayoría, leer es algo automático. Entonces, ¿por qué algunos niños y adultos muy inteligentes tienen tantas dificultades para hacerlo? Es una pregunta común entre quienes conviven con personas con dislexia.
La dislexia es una dificultad inesperada en la lectura, ya que no se debe a una discapacidad intelectual ni a problemas sensoriales. Además, los niños con dislexia suelen recibir la misma enseñanza que sus compañeros, pero aun así tienen problemas para leer. ¿Por qué sucede esto?
La dislexia fue reconocida por primera vez en 1886 por un médico inglés, quien la llamó “ceguera verbal”. Desde entonces, ha sido objeto de numerosos estudios científicos. Gracias a los avances en neurociencia, hoy sabemos mucho más sobre cómo funciona el cerebro al leer.
Nuestro cerebro no está programado naturalmente para la lectura —no existe un “centro lector” innato—. Para leer, ciertas áreas del cerebro deben especializarse y conectarse en una red. Esta red debe funcionar de forma rápida y automática para que la lectura sea fluida.
En el caso de la dislexia, estas conexiones funcionan de manera diferente. Por eso decimos que dislexia tiene un origen neurobiológico. Aunque no conocemos su causa exacta, sí sabemos que es común que haya antecedentes familiares, lo que indica una base genética.
Aprender a leer implica muchas habilidades:
Los niños con dislexia tienen dificultades en varios o en todos estos pasos. Aunque los síntomas pueden variar, los principales desafíos se encuentran en:
Es la capacidad de identificar y manipular los sonidos más pequeños del habla. Es clave para aprender a escribir y reconocer palabras. Algunos niños desarrollan esta habilidad naturalmente; otros necesitan instrucción explícita y estructurada. Es uno de los mejores indicadores del éxito lector futuro.
Este proceso implica relacionar letras con sonidos. Es un paso crucial en el aprendizaje de la lectura y una de las principales dificultades en la dislexia.
Cuando la decodificación se automatiza, la lectura se vuelve fluida. En la dislexia, este proceso sigue siendo lento y requiere mucho esfuerzo, lo que hace que leer sea una tarea ardua.
Si un niño debe esforzarse mucho para leer cada palabra, le será difícil concentrarse en el significado. Esto afecta la comprensión, especialmente en la escuela, donde la lectura es clave para aprender en todas las materias.
Identificar la dislexia de manera temprana y brindar apoyo específico es fundamental. También es importante que padres y docentes comprendan bien qué es la dislexia para poder acompañar el proceso de aprendizaje de cada niño de manera efectiva.
No existe una solución única para todos, porque cada caso es distinto. Pero sí hay algo que siempre ayuda: ¡no abandonar la lectura! Leer sobre temas que interesen al niño puede ser un gran motivador. Y no lo olvides: leer es como andar en bicicleta —si no practicas, no mejoras.
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